junio 28, 2025
Música

AGNUS: REEDITAN EL VINILO MÁS CARO DE LA MÚSICA ARGENTINA. FENÓMENO DE CULTO SANTAFESINO

Fenómeno de culto

Ignacio Andrés Amarillo (del Diario El Litoral)

se reunió con dos de los referentes de aquel grupo,

Luis “Pollo” Sáez (guitarra y voz) y Ricardo Tersse (bajo),

para reconstruir aquella experiencia,

que dejó un legado valorado en el exterior,

pero poco conocido en Santa Fe.

 

El sello europeo PQR-Disques Plusqueréel ha relanzado “Pinturas y expresiones”, único álbum de la banda santafesina. La edición original es buscada por coleccionistas de todo el mundo, que pagaron hasta 1.200 euros por una copia. En diálogo con El Litoral, Luis “Pollo” Sáez y Ricardo Tersse repasaron aquellos años de experimentación artística, y este presente de inesperado reconocimiento.

Recientemente el sello europeo PQR-Disques Plusqueréel (con sede en Austria), especializado en reediciones de ediciones limitadas y lanzamientos originales de rock progresivo, psicodélico y folk, ha relanzado (en vinilo negro y en edición “marmolada”) “Pinturas y expresiones”, el único álbum de la banda santafesina Agnus. El mismo fue editado originalmente en 1980 bajo el sello propio Dipíscopu, y considerado un álbum de culto entre los fans del rock progresivo y sinfónico en diferentes partes del mundo, para los cuales aquella edición original es considerada una pieza de colección.

Relanzamiento

-La excusa es esta reedición europea de aquel disco de Agnus que se convirtió en un clásico, y en el vinilo más caro de la música argentina.

Tersse: -En Buenos Aires me confirmaron que era el más caro que había dando vueltas.

-¿Cómo fue el contacto con el sello?

Tersse: -El dueño es un griego, se llama George Rossolatos; la disquera se llama PQR-Disques Plusqueréel. Él tiene un contacto en la Argentina, Felipe Surkan, que es el que nos contactó primero; en realidad primero que todo la contactó a Cecilia (Glaría), la flautista, que lamentablemente falleció. Parece que nos van a editar también un CD acá, una reedición en Argentina: lo va a hacer Felipe Surkan; me gustaría que cuando lo saquemos lo hagamos en memoria de Cecilia: era fundamental la loca ahí.

-Hasta ahora la única reedición había sido el CD en Brasil.

Sáez: -Claro, Progressive Rock. Eso fue lo que nos abrió el mercado en Europa.

Tersse: -En otros lados también.

Sáez: -Rusia, Japón.

-Después del vinilo más vendido es el CD más circulado.

Tersse: -Esto es como una mesa de pool: está todo quieto hasta que alguien tira una bola y ahí se disparan cosas. El hecho de que sea una reedición europea, porque acá no se encuentra el disco; bueno, este chico tiene algunos para vender, pero nada más.

-También es esta cosa de que si afuera te dan bola…

Tersse: -Ese es un clásico argentino también.

Sáez: -Nadie es profeta en su tierra.

Tersse: -Eso también disparó que el local diga: “Yo quiero hacer un CD”. Ya veo que terminamos tocando en Grecia (risas), en el Partenón: está bueno el lugar (risas).

Sáez: -Todo lo referente a Agnus es un delirio: si nosotros lo contamos en una mesa te dicen: “No, vos me estás jodiendo”.

Tersse: -Si me hubiesen mostrado una filmación en aquella época de lo que iba a ser esto ahora, no lo creía.

 

La foto de contratapa, realizada por el hoy reconocido Marcos López. Foto: Gentileza PQR

Mundiales

-¿Cómo fue esto durante todos estos años saber esto que en tal lado lo estaban vendiendo, o que venían a buscarlo?

Tersse: -Ya cuando salió el original me sorprendió, porque al tiempito de haber salido vino el Flaco (Hugo) Tredici y dijo: “Loco, en Brasil me preguntaron por el disco de ustedes”. Después descubrí varios comentarios en el extranjero, incluso un comentario en Japón: estoy hablando de esa época.

Sáez: -Tengo una carpeta de reseñas en japonés, coreano, ruso, griego.

-Sabías que estaban hablando de ustedes porque estaba la tapa.

Tersse: -Estaba buscando un tintorero para que me diga qué decía (risas).

Sáez: -Quería tenerlo: todo escrito que no entendés nada, en japonés, chino. Lo único que entiendo es que dice “Agnus”, “Pinturas y expresiones”, está la tapa, y después todo en japonés. Y abajo dice tantos yenes, o sea que estaba a la venta en yenes.

Tersse: -Después lo hice traducir y estaba bueno el comentario.

Sáez: -Los comentarios son todos buenos: si no nos hubiese convertido en un disco de culto.

-Enfatizan mucho que era raro que desde Argentina viniera una banda de rock sinfónico, pero con el estilo de los italianos.

Sáez: -Sí: yo estaba influenciado por Jethro Tull y PFM (Premiata Forneria Marconi); escuchaba eso y lógicamente la música tiene algo de eso, y lo dicen los comentarios.

Tersse: -En el librito de la reedición europea el tipo le agregó dos hojas a color y entre otras cosas menciona algunas de esas influencias que obviamente teníamos.

-Hace también la recuperación facsímil de la estética, con las fotos de Marcos López: otro exotismo que suma.

Sáez: -Está el árbol genealógico que hizo (Daniel) Caminiti en ese momento.

-Que está bueno porque despliega todo el devenir anterior hasta la llegada del disco, y hasta un poco después, que fue muy poco tiempo.

Sáez: -Sí, porque nos separamos antes del año. Y ahí desapareció: quedó en el olvido hasta que aparece esta gente. Fue muy loco todo.

Tersse: -El de Progressive Rock me llamó a mí; lo empecé a gastar, creí que era una cargada. Era un rosarino, me acuerdo. Hasta que el tipo me dijo: “Loco, te estoy hablando en serio” (risas).

Tersse con el vinilo, en una foto publicitaria de la discográfica. Foto: Gentileza PQR

Génesis

-¿Cómo fue el proceso del disco?

Sáez: -La historia del disco tuvo mucho que ver la conexión que tuvimos con la gente de MIA (Músicos Independientes Argentinos).

Tersse: -Ellos nos ayudaron muchísimo. La idea de sacar un disco la teníamos, de antes. Pero la aparición de los MIA nos allanó mucho el camino: ellos ya lo habían hecho, estaban en Buenos Aires, sabían cómo se hacía más o menos, y eso nos ayudó muchísimo.

Sáez: -Ellos nos conectaron con el estudio de grabación Recordex.

Tersse: -Federico Ehrlich era el técnico de grabación (fundador de la banda Safari). El trabajo del tipo fue fenomenal: porque estábamos grabando en cuatro canales.

Sáez: -Grabábamos cuatro, los mezclábamos y lo pasábamos a uno. Nos quedaban tres libres, grabábamos en esos tres, los mezclábamos para volver a uno. Y así íbamos grabando.

Tersse: -No se perdió nada, no tengo nada que criticar en la mezcla que hizo el chabón. Otra cosa fue el calvario que fue que grabar ese disco: teníamos que viajar hasta Buenos Aires…

Sáez: -Viajábamos de noche, llegábamos a la mañana, grabábamos todo el día (después de haber viajado toda la noche), terminábamos de grabar y nos volvíamos.

Tersse: -Había gente que caía dormida en medio del estudio.

Sáez: -Los despertábamos y les decíamos: “Te toca a vos grabar”. Que, si hoy lo tuviésemos que volver a hacer, ni locos.

-¿En cuántas jornadas se grabó?

Sáez: -Habrán sido tres o cuatro.

Tersse: -Después vino la mezcla que fue otro día más; creo que viajamos aparte.

Sáez: -Estábamos re locos.

Tersse: -Sí: si no, no lo hubiéramos podido hacer.

Sáez: -Hoy escucho el disco, por ejemplo el tema “Pinturas y expresiones”, que eran 20 minutos de cosas una atrás de otra. Hoy, no lo podría tocar en vivo ni loco.

-Son dos temas por lado.

Tersse: -Y uno lo tuvo que cortar porque era muy largo.

Sáez: -“Pinturas y expresiones” tenía cinco movimientos y grabamos tres nomás. Yo estaba re loco: hacer cinco movimientos, un tema que duraba media hora o más; y no se paraba: te subías a tocarlo y tocabas media hora el tema sin parar. Hoy si vos me decís “tocá esta música”, no la puedo hacer.

Tersse: -¿Viste los planos secuencia en el cine? Bueno, era así: nadie se podía equivocar; el que se equivocaba tenía que tocar 25 minutos de nuevo.

-Por lo menos los que grababan juntos. Porque solo podían grabar hasta cuatro, cinco al mismo tiempo.

Sáez: -Las bases las grabamos todos juntos.

Tersse: -Cada vez que alguien tenía que regrabar tenía que chequear la afinación de los que habían grabado antes.

Sáez: -El tipo tenía que volver atrás con la cinta.

      La edición “marmolada” del vinilo. Foto: Gentileza PQR

Evolución

-El árbol genealógico arranca ya en el 73, 74, y llega hasta el 80.

Tersse: -Yo entré en el 77.

-En el 73, 74 figura Dapalu.

Sáez: -era por Danilo (Baroni), Pacu (Bailón) y Luis (Sáez).

-Más Alberto Mántaras. ¿Cómo fue ese proceso, y cuántas veces se pudo tocar esto?

Sáez: -A partir de que empezamos en el 73, empezamos a tocar. Acabo de encontrar unos cassettes del 77: grabaciones en vivo de Agnus, mucho antes del disco. De Rafaela, del Teatro Luis y Fuerza.

Tersse: -Presentando el disco tocamos en Buenos Aires.

Sáez: -Invitados por MIA: tocamos en el Lasalle con Irreal.

Tersse: -Nos fue a ver Emilio del Guercio, me dijo: “Fatal”.

Sáez: -Tocábamos de una forma muy artesanal, a veces sin monitores: me acuerdo de, para escucharme, acercarme al parlante. Empezamos con la música en estado marginal: por los equipos, por el equipamiento. Pero se tocaba.

Yo hoy veo a los músicos, que si no tienen monitor… Manuel Seghezzo, sonidista de La Naranja, me dice: “Con el único que sigo trabajando es con vos, porque sos el único que no me rompe las pelotas”. Pero claro, yo me crié escuchándome con el sonido del frente.

Tersse: -Un músico que tiene de veintipico para abajo no entiende, es como que le estuvieras hablando en japonés. Y además éramos un grupo difícil de sonorizar: no éramos guitarra, bajo y batería, había instrumentos acústicos.

Sáez: -Violín, flauta, todo con micrófonos. Eran otros tiempos: no había tecnología, no había tanta comunicación; por eso no tenemos nada fílmico.

Tersse: -Había algo del Anfiteatro, pero en Super 8.

Sáez: -Ahora está esto de volver hacia atrás y meterse un poco en la historia del rock: están haciendo libros y todo eso. Y veo un espacio medio gris entre los 70 y los 80 y pico, donde era blanco y negro, Super 8, y mucha desinformación del rock de Santa Fe en ese tiempo.

Éramos contracultura, no éramos estética como se convirtió después el rock. Porque en los 80 todos los mismos que nos habían defenestrando porque éramos contracultura en los 70 y principio de los 80 nos chuparon, y el rock se convirtió en una estética.

Tersse: -Era una cosa ideológica. Eso también influyó en que hiciéramos la producción en forma independiente. Se editó con un sello propio.

Sáez: -Tuvimos que crear un sello.

Exploración

-La película “65/75 Comarca Beat” de Alejandro David termina en el 75, y toda esta etapa de ustedes viene después. Están en el medio y en esos años de dictadura, más complicados.

Sáez: -Nos llevaban la gente. En el (Cine) Chaplin hubo un show que lo tuvimos que suspender: había una cola hasta la calle, llegó la policía y se llevó a todos. La galería estaba llena del fondo que estaba el cine, y había una cola hasta la calle para entrar a ver el show. Se llevaron a todos presos; a nosotros no, porque estábamos haciendo el ensayo previo arriba, y no entraron.

Una vez terminamos con Caminiti, (Enzo) Bergesio, todos en cana, porque estábamos armando un recital.

-¿Dónde se podía tocar en ese momento, además del Chaplin y el Teatro Arena?

Sáez: -En el Núcleo Joven.

Tersse: -En la Galería Ross, arriba.

Sáez: -En los teatros, en Luz y Fuerza tocamos varias veces. Era todo producción independiente, todo manual: los flyers se hacía a mano.

-¿Cómo era componer, arreglar, preparar y ensayar una obra compleja, en esas condiciones de precariedad técnica?

Sáez: -Se ensayaba con lo que se tenía; teníamos todos equipamiento.

Tersse: -Teníamos buenos instrumentos. Ensayábamos en mi casa, mucho tiempo en la del Pollo también.

Sáez: -Y se ensayaba bastante. Este tipo de obras, que duraban media hora, si no las ensayás no las tocás. Sin partitura: la única que trabajaba con partitura era Cecilia, la flautista, y Enrique, en violinista; que venían la música clásica.

Tersse: -Eso influyó bastante en el estilo del grupo, que haya habido músicos de escuela clásica.

Sáez: -En el sonido general Cecilia fue muy importante, le dio la característica con la flauta.

-Las voces también eran entrenadas.

Tersse: -Estuve firmando autógrafos en los discos en Buenos Aires; me llamó el chabón y me dice, si se los podía firmar, porque los que compraban sabían que estaba allá. Y uno de los de los chicos que había comprado el disco hizo hincapié en que le encantaba el trabajo de los coros que habíamos hecho. Las chicas eran del Coro de la Universidad.

Sáez: -Alejandra Bernie. Mercedes Robledo entró después; ahí lo conoció a Darío Basílico, con quien tuvo un hijo. Entró cuando se fue Cecilia.

Tersse: -Por eso es lo que la incluimos: porque sabíamos que además de cantar tocaba la flauta. Después fue importante a nivel música clásica, una cantante reconocida.

-Se lo tomaban en serio a esto de darle colores sinfónicos.

Sáez: -Era fundamental.

Tersse: -Al principio no teníamos un estilo tan elaborado: eran temas más cortos.

-Había una búsqueda progresiva.

Sáez: -Sí, era rock progresivo de acá a la China.

-Y después fueron agregando estos elementos. ¿Cómo fue que se cope toda esa gente?

Sáez: -Era una experiencia nueva en ese momento hacer rock.

Tersse: -Me acuerdo que una de las veces que tocamos en el Luz y Fuerza, yo quería poner una bailarina clásica (mirá lo es el destino: ahora estoy en pareja con una bailarina clásica) y la pusimos. Empecé a preguntar: “¿Dónde hay una bailarina clásica?”, y alguien te tiraba una data. Me fui a hablarla, y la chica enseguida dijo que sí, se prendían al toque con esos proyectos.

Sáez: -Había otra visión de lo que era la música, y el rock particularmente en ese momento. Porque era un comienzo, entonces todos querían experimentar.

Tersse: -Había una fiebre creativa general, que a lo mejor tenía que ver un poco con la represión externa que había.

-Una época complicada.

Sáez: -Creo que fue la época más difícil para ser músico de rock: no era estético. Todos estábamos en las listas; todos sabían dónde había un recital, teníamos que tener cuidado porque seguro caía la cana.

-El inspector de Sadaic no era lo más pesado que caía.

Tersse: -A partir del 82, de la democracia, cambió todo lo que era el rock. Le cuento a los pibes, porque son cosas que no se saben, por una cuestión generacional. Hacíamos un recital y llenábamos la sala.

-Era una escena más chica también.

Sáez: -Eran otros momentos, no cualquiera subía al escenario: tenías que estudiar, tenías que saber tocar. Claro. No es que agarrabas la guitarra, tocabas dos acordes, hacías una bandita, tocabas, venían todos tus amigos y llenabas.

-Tocar música como la de Agnus era complejo.

Sáez: -Es otro mambo. No teníamos tecnología, recién estaban entrando. Las fotos que tenemos son todas blanco y negro.

-¿Fue caro hacer este disco en aquel momento?

Tersse: -No lo recuerdo con un golpe de bolsillo.

Sáez: -Lo que pasa que éramos muchos y tocábamos para juntar: hicimos todo un proceso de tocar en vivo para juntar la plata para grabar. No se repartía nada: poníamos todo en el mismo bolso y con eso pagábamos el ómnibus para ir a Buenos Aires, la comida.

Tersse: -Las horas de estudio, que fueron unas cuantas. Las horas de estudio fueron caras, y el corte, que lo hicimos en RCA fue lo más caro, eso sí me acuerdo.

Sáez: -No hubo no hubo financiamiento externo, era todo a pulmón. Nadie vino y dijo: “Muchachos, tomen”; fue todo independiente.

Fin de ciclo

-Salió el disco, se presentó en Buenos Aires en el Teatro Lasalle. ¿Cómo fue el proceso después hasta la disolución del grupo?

Sáez: -Fue bastante natural.

Tersse: -La clásica de todos los grupos: llegó un momento en que él quería irse para un lado, yo me quería ir para el otro, el otro se quería ir para el otro, y así. Pero no fue conflictivo.

Sáez: -Cada uno siguió con su proyecto, pero sin ningún problema, no es que nos peleamos. Una diferencia de orientación musical.

-Mantuviste el nombre un poco con Agnus Verde.

Sáez: -Sí, y después ya empezó La Naranja como un proyecto diferente, con otra identidad: nada que ver. Porque también tiene que ver la gente con la cual te juntás a hacerlo: era otra postura musical.

-Y ya era otra época.

Sáez: -Ya el rock estaba siendo chupado por el sistema. Todos los que nos persiguieron en los 70 y en los 80, a partir de la guerra de las Malvinas, ahí abrieron: ni disculpas nos pidieron, nos incorporaron. Y el rock pasó de ser contracultura a estética: estuvo bueno también, son procesos distintos, históricos. Porque el rock también en ese momento le abre la puerta al resto de los estilos; y ahí se produce una melange: hoy hacés rock y podés hacer una zamba, una chacarera, y está bien.

-También en los 80 esta búsqueda más solemne fue cambiando, y entró esto de que se podía tener una y que sea divertida y que la gente pueda bailar.

Sáez: -Tal cual, es como empezar a escribir otro libro a partir de los 80, cuando nos separamos. A partir de la separación de Agnus veíamos que había otras visiones y se abrían otros caminos.

Creo que ahí también está el éxito de hoy: de no haber negociado la música en su momento, y decir: “Bueno, hasta acá llegamos con este proyecto”. No hace mucho pensaba: “Si hubiésemos seguido, y hubiésemos cambiado…”.

Tersse: -Capaz que era peor, era traicionar las bases.

Sáez: -Porque aparte también uno vive los cambios: del blanco y negro pasás al color: cambiás. Y lo digital ni que hablar: no hay no tenemos tantas fotos de aquella época; ahora vas a un show y sacás 25.000 fotos. A veces si tenías la suerte que fuera un fotógrafo, y te sacaba una foto, después era la única que tenías del show.

-Ustedes como gente joven estaban con la antena parada a nuevos aires.

Sáez: -Todos queríamos tener ya la mejor guitarra… Bueno, las mejores guitarras siguen siendo las que tenemos nosotros: tengo una Strato del 75 que sigue siendo la mejor.

Tersse: -Porque hasta eso se plastificó (risas).

-Vos tenías un proyecto con chicas y máquinas.

Tersse: -Sí, cuando hice mi proyecto solista, después de Ibis Rojo: Ricardo Tersse y Los Ordenadores, que hice unos videoclips con chicas.

Sáez: -Empezaban los videoclips, estábamos todos enloquecidos con eso. Y empezaron después los “raros peinados nuevos”.

Tersse: -Yo había viajado a Europa en esa época, y había visto que los músicos de allá tocaban con ordenadores. Vine acá y les contaba a los otros músicos; y me miraban como si led estuviera diciendo que me fui a Marte a conocer y volví. Les hablaba y me daba cuenta por la cara que no me entendían. Entonces agarré y dije: “Bueno, para que me entiendan, me voy a comprar unos ordenadores y voy a hacer música con ordenadores”. Porque además vos (a Sáez) sos un prócer, nunca te peleas; pero yo estaba podrido de pelearme con los otros músicos (risas). sobre todo, con los bateristas. Entonces dije: “Chau, acá tengo la batería y la hago como yo quiero”.

-Cuando en los 80 Eduardo Gaviola de Pasamanos se compró la máquina de ritmos Roland TR-808, era toda una novedad.

Sáez: -En La Naranja lo fue cuando Nacho Bringas se compró el stick. Hacíamos un par de temas con stick, que era un sonido especial; creo que tenemos alguna grabación con él con el stick de los 80.

-Cuando era nuevo el stick.

Sáez: -Ni bien salió, porque fue a Buenos Aires y lo compró. Era el único stick que había en Argentina; después se compraron otros, pero él fue el primero que compró un stick. Se lo pidió a (el inventor, Emmett) Chapman. Después empezó Tony Levin a tocar, y el resto.

Más rescates

-Todo es una historia increíble.

Sáez: -Es una cosa de loco esto que está pasando a nosotros nos asombra, y viene por más.

Tersse: -Nos pedían que hagamos un bonus track con los músicos, que nos juntemos.

Sáez: -Le digo: “Dejame escuchar a ver si rescato alguna canción”. Pero cuando ya estás en otra… tengo que cambiar el chip.

-Habría que ver si se puede rescatar algo de los vivos.

Tersse: -Justamente me estoy llevando, para ver si los puedo digitalizar, los cassettes.

-Está bueno rescatar eso, o los movimientos de “Pinturas y expresiones” que no se grabaron.

Tersse: -Yo no tengo drama (risas).

Sáez: -Tengo la cabeza puesta en este momento en La Naranja y me cuesta. Lo loco es que acá en Santa Fe nadie sabe de esto, muy poca gente. Y es una historia grosa.

Tersse: -Cuando yo estuve en Buenos Aires firmando discos, que era un domingo, mientras yo estaba se vendieron cuatro discos, a 70.000 pesos la edición más lujosa.

-¿Cuánto es lo máximo que se llegó a vender el vinilo original?

Tersse: -Lo vi en 1.000 dólares.

Sáez: -Lo vi a 1.200 euros por ahí; porque depende donde caía el disco, está en distintas monedas.

Tersse: -Uno de los chicos que le firmé el autógrafo me dijo: “Yo tengo el original, lo pagué 300 dólares” (risas). Tiene el vinilo argentino original y ahora quería el otro.

-Cómo no hicieron una tirada más grande en aquel momento…

Sáez: -¿Vos te creés que estaba pensado? Hasta que apareció esta gente de Progressive Rock, el disco estaba olvidado, se había olvidado. Al tiempo me contactaron los franceses esos que vinieron, que la contactaron a Cecilia; a mí me compraron los últimos cinco o seis que tenía con un montón de plata: con lo que me pagaron me terminé la casa.

Lo peor es que los vagos me gastaron después: me pagaron un montón de plata por los cinco o seis que me habían quedado. Y cuando ya lo tenían me dicen: “No, ustedes no se dan cuenta: allá en Europa lo vendemos…”; y por lo que me habían pagado cinco o seis, vendían medio.

Son historias que está bueno que queden para las futuras generaciones, porque esto es parte del comienzo del rock santafesino.

Tersse: -En realidad somos la segunda generación.

Sáez: -Los que realmente la empezaron son Bichos de Candy, Them, Virgem.

-Con la película, a ellos la gente por ahí los conoce un poco más; pero ustedes son de la generación intermedia; después se vuelve a hablar desde el 85 en adelante: Pasamanos y La Naranja son de las primeras en aparecer.

Sáez: -Con La Naranja tengo un libro grande, donde tengo toda la historia desde el primer show que hicimos hasta el último: empezamos todos en blanco y negro, la segunda, tercera hoja ya empieza a color.

-Ahí ya es la primavera democrática. Ahí se vuelve a hablar de nuevo.

Tersse: -Todo este tema es contextual: en el 82 la malvinización hace que el rock pase a otra categoría; y en 83 viene la democracia.

Sáez: -Se empieza a escuchar en la radio. Los únicos que nos pasaban acá eran Caminiti, Bergesio, y después el Flaco Tredici cuando empezó a tener algún programa. Pero después olvidate: en las radios nos echaban un gallo.

TAPA: La portada del álbum, con dibujo de Leónidas Noriega y arte 
de Graciela Girotti (corista de la banda). Fotos: Gentileza PQR

Autor: Ignacio Andrés Amarillo (Diario El Litoral de Santa Fe, 
Escenario y Sociedad, Martes 27.5.2025)

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