La historia del Rock se divide en dos grandes etapas,
la del rock joven y la del rock adulto.
Los años juveniles son frívolos, superficiales y pasajeros. Es el período que venimos desarrollando hasta ahora, el rock como moda de jóvenes frenéticos, sin pensar mucho en el futuro, sin elaborar demasiado el contenido en sus letras, sin ir más allá de su liberalismo sexual o físico.
El gran aporte del rock joven fue el ritmo. La base del rock, sus tiempos, sus acordes, su velocidad, la banda. Sin embargo, como la adolescencia, pasa rápido.
El rock adulto es aquel que nace de la unión del ritmo más verso. Monólogo con lírica. Adulto, no desde la plenitud sino desde la complejidad, es la perseverancia del tiempo, los sentimientos del arte, el compromiso de las ideas, la visión de cambio y futuro, afrontar varias edades. El rock adulto es la música que maduró, estudió, triunfó, se reinventó y tuvo su feliz muerte décadas después. Pero lo fantástico de todo, es que no necesitó de varias personas o progresivas fases para iniciar esta etapa. Solo hizo falta la aparición de una sola persona: Bob Dylan.
Corrían los años ’50 en EEUU. Dylan de ocho años aprende por sí solo a tocar el piano y por unos dólares adquiere una guitarra por correo. En este preciso momento es cuando se enamora de la idea de llegar a ser un héroe del rock como Elvis Presley, a quien escuchaba por radio y su ritmo volvía loco. En 1959 entra a la universidad de Minnesota, pero más que frecuentar las lecciones básicas, escucha cantantes folk. Son días intensos para Dylan. Lee muchos libros, poesía, habla poco pero escucha atentamente discursos sobre la paz, los derechos de los trabajadores y la enseñanza de una nueva moral. Los genios se molestan en la mediocridad, deben moverse. Inmediatamente se va a Nueva York y se introduce en el movimiento folk. Se hace notar por su habilidad, la frescura de sus ideas y la originalidad de sus textos. Dylan llega a ser bastante conocido en el ambiente musical de New York y empieza a grabar discos.
Ya en los ’60, Bob Dylan publica su obra maestra inicial “The Freewheelin’ Bob Dylan”. El disco subrayó el sentido de cambio social que lo poseía. Tres canciones-poemas claves para la historia cultural humana argumentan esto: “Blowin’ in the wind”, A Hard Rain’s a gonna fall” y “Master of war”, parecían englobar el deseo de cambio de toda una generación. Verdadero manifiesto intelectual que ignora a las elites de la sociedad norteamericana y apoya a los sectores más oprimidos. Esta obra le generó miles de adeptos que le exigían más canciones folk con letras de protesta y contraculturales. Sin embargo, la naturaleza de Bob Dylan, su insatisfacción, su incomodidad, su locura, su pasado y su inteligencia ilimitada, lo llevan siempre contracorriente hasta de sus fans. Recordemos, Dylan estaba tocando folk, con guitarra criolla y armónica.
Su éxito ya no es solo patrimonio de EEUU y su popularidad se extiende también por Europa. En la primavera de 1965, Bob Dylan se traslada a Londres para realizar algunos conciertos, y sin saberlo se transformaría en la gira más importante de la historia del rock. La cultura rockera inglesa, los conciertos, las reuniones, hicieron que Dylan se interesara por los sonidos eléctricos; sumarle a sus letras la guitarra eléctrica.
En otras palabras, y párrafo aparte para subrayar la importancia de esto, Dylan decide abandonar el sonido simple del folk y mantener su letra compleja, y adoptar el sonido complejo del rock joven y dejar de lado su letra superficial. Esta ecuación es la piedra fundamental del rock para dejar de ser un joven ignorante y alborotado para comenzar a pensar; importa tanto qué se dice y cómo se dice. Las ideas y las protestas empiezan a hacer ruido.
A partir de acá todos las bandas, sin excepción, fueron totalmente influenciadas y se dedicaron a volcar la injusticia, la tristeza y los corazones rotos a este género musical, que ya era cosa seria. Fue el fin de las letras como “Bailar alrededor del reloj”, “Viva Las Vegas”, “Apoya tu cabeza en mis hombros” o “Help!”.
Bob Dylan, en su regreso a EEUU, lanza dos discos imprescindibles en sólo un mes. “Bringing it all back home”, álbum de dos caras, una folk con letras más abstractas y filosóficas, (por ejemplo, “Mr Tambourine man”) y otra eléctrica molestando mucho a sus fans y colegas (“Subterranean Homesick Blues” como ejemplo).
Y semanas después, la obra maestra “Highway 61 Revisited”, que produjo la ruptura definitiva de sus fans folk y el enamoramiento eterno de los nuevos seguidores del rock. Primer álbum de Dylan grabado completamente con una banda de rock, denominado como el origen del “período indignado” en su carrera, al estar conformado en su mayoría por composiciones de naturaleza acusatoria y con sonidos arrolladores y altos. Es el disco más influyente y estudiado de la historia, y tiene la canción más increíble jamás hecha: “Like a Rolling Stone”, que lo definió como el cantautor definitivo del rock.
Un accidente en moto alterará irreversiblemente la carrera de Bob Dylan en el rock. Ya no compondrá discos de inflexión, tendrá problemas de personalidad y se refugiará en el mundo artístico de Andy Warhol. Ya no estará indignado con el mundo, estará muy enojado con el mismo. Son escasos los discos brillantes que lanzará, como “Blonde on blonde”, “Blood on the tracks”, o el bello “Tempest”. Quedará a interpretación de cada uno estas etapas posteriores.
Lo indiscutible, es que gracias a Bob Dylan el rock se transforma de joven a adulto. Gracias a Bob Dylan el rock logró su identidad y carácter, influyó en todas las bandas, letras y estilos que conocemos. Por esto fue, es y será el más grande artista musical de todos los tiempos.
El año 1965 da nacimiento al rock adulto. Ya nada será igual. Va a haber una explosión de grupos y solistas en todo el mundo imposibles de enumerar, cada uno con su estilo y contenido.
En la gira de Bob Dylan a Inglaterra, salió de noche con una banda adolescente muy popular. Entre copas, Dylan les dirá una pequeña frase que hará cambiar la mentalidad del grupo, del rock y de la cultura universal para siempre. Pero este es otro capítulo.
Por: Marcos J. Rivas, Historia del Rock- Capítulo 3