Todo comienza a fines del siglo XIX y comienzos del XX cuando en las zonas más pobres de los
EEUU nace el género musical popular más estético, humano y espiritual de la historia de la cultura: el Jazz,
manifestación directa de la opresión y el sufrimiento de la raza negra de ese país, principalmente en Nueva Orleans.
Dentro de este género van a surgir dos tipos de música con diferencias sustanciales. El swing, estilo
de jazz movido, alegre, libre, y de “big bands”, y el blues, estilo denso, oscuro-negativo, estructurado, de
círculos cerrados y con bandas unipersonales o muy reducidas. El primero fue el tipo más aceptado
socialmente, al punto que su sonido se escuchaba en todas las fiestas o eventos sociales. En cambio, el
segundo, fue más ignorado y “evitado” por las elites culturales, ya que mostraba directamente la tristeza y
sufrimiento de la raza negra en EEUU. Dentro del blues (discutido por algunos como género distinto al jazz)
surge el gospel, especie de coro que se cantaba muy efusiva y alegremente en las iglesias al ritmo de las
palmas de todos los feligreses presentes.
Mientras tanto, en el mundo de los blancos, nace un género en las zonas agropecuarias cerradas,
tradicionales y racistas de EEUU (que perdura hasta el día de hoy, la música y las ideas) que refleja en sus
letras las costumbres de esas zonas: el country, estilo básico, movido o lento, con instrumentos, voces y bailes muy característicos.
Jazz, blues, gospel, swing y country, ensalada de géneros y estilos donde surgirá un nuevo género
que luego dará nacimiento al rock. Será luego de la segunda guerra mundial cuando el quiebre cultural y
social ocurrido en el mundo y en EEUU se verá reflejado en la música.
En la primera mitad de la década del ’50 comienzan a verse los efectos del mundo de posguerra:
valores humanos afectados por la conciencia de 50 millones de personas muertas en pocos años, sistemas
económicos urbanos y rurales de abundancia y escasez, ideologías políticas divididas e irreconciliables, y una generación de jóvenes aburridos, hiperactivos y con límites mucho más amplios que los de sus ancestros.
Paralelamente, surgirá una generación de músicos de blues, que respondiendo al pedido de los jóvenes
acelerarán el estilo, naciendo lo que se conoce como rhythm and blues (R&B, ritmo y blues). Cuando el R&B
era interpretado por blancos, con influencia country, melódico y sentimental, a veces lento, se denominaba
rock-a-billy.
La influencia afroamericana, hiperactiva y rítmica era imposible ignorarla culturalmente y
socialmente. Su efecto musical llegaba a todas partes del mundo, su ritmo y estética electrizante influía en
cualquier mentalidad, y su contenido liberal y sexual incomodaba a cualquier estructura preestablecida por la sociedad blanca de EEUU. Dentro de este grupo se encontraba Little Richards, Fats Domino, Ray Charles y
Chuck Berry.
Las consecuencias fueron de ruptura absoluta. Ya nada fue igual en la música y en la cultura popular.
Y esto lo observaron perfecto las productoras musicales, que sin darse cuenta (creían que era una moda
comercial más) ayudaron a que este cambio se haga perpetuo y arrollador: “inventaron” músicos blancos, que hagan lo mismo que los músicos negros, para sus jóvenes blancos y “salvarlos” de la barbarie. De golpe la nueva música de los jóvenes se escuchaba en todas partes, radios, televisión y tiendas discográficas. El Rock ha nacido.
Los cuerpos se movían como nunca al ritmo eléctrico y frenético, primera liberación física y
hormonal, que constituirá la generación de jóvenes autónomos con reglas, lenguaje, conducta y vestimenta
propia que marcará el devenir del siglo XX y XXI en todo el mundo occidental.
Sin embargo, los músicos negros jamás aceptaron al rock como género. Ellos siempre tocaron R&B,
nunca rock. “La música la inventamos nosotros, pero el rock es de blancos. Nosotros tocamos R&B” dijo
Chuck Berry cuando le preguntaron sobre el estilo de su música. Esta afirmación no sólo se demuestra en la
historia del rock, sino por la diferencia rítmica, vocal e instrumental en las canciones
Dentro de la generación de músicos blancos, surgirá una estrella única e inigualable que le dio al
estilo y moda musical la seriedad y estética que se merecía: Elvis Aaron Presley. Pero este es otro capítulo.
Por : Marcos J. Rivas (Marzo del 2023)