junio 28, 2025
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” Educar es el arte de transmitir conocimientos,

experiencias, valores, con los recursos que tenemos” .

Creo, sin temor a equivocarme, que la figura del Maestro, dentro de una estructura educacional conmovida constantemente por los abruptos cambios sociales, económicos y políticos que se producen de forma acelerada, ha sido devaluada.  Los maestros no estábamos preparados y fuimos sorprendidos. De lo que habíamos aprendido poco quedó en pie, dando paso a una serie de novedades referidas tanto a contenidos como a metodologías, que nos hicieron tambalear. La escuela siguió siendo obligatoria, pero perdió el monopolio del “saber”. Por primera vez entre las materias curriculares figuran las nuevas tecnologías sobre las cuales generalmente los alumnos saben o tienen más información que los maestros. Y esta situación en general generó una pérdida de credibilidad sobre la preparación que teníamos los maestros.

Las causas que desencadenaron esta situación son muchas. Puede haber sido la falta de visión o premura de quienes debían velar por la adecuación a los cambios o porque, quizás por aquello de la “verticalidad” a la que nos habíamos acostumbrado, muchas veces esperamos que las soluciones partieran desde “arriba”, desde otro lado.  Otras de las razones, creo, fue el deterioro o decaimiento de la relación escuela-familia, producto a su vez de los cambios sufridos por esta última institución. La cuestión es que se hacía entonces muy difícil cumplir la tarea a cabalidad.

La falta de conocimiento o preparación en el área del quehacer, cualquiera sea el campo laboral,  genera ansiedad, temor  y hasta desvelo, generando una situación de inseguridad que impide gozar de la tarea elegida.

A pesar de todo esto, me hago eco de las palabras de Confucio cuando dice: “Quien volviendo a hacer el camino viejo aprende el nuevo, puede considerarse un maestro”. Y creemos que de eso se trata, de no desechar lo aprendido, como hacemos con un trasto viejo en un desván, sino de buscar el tan mentado equilibrio y armonía transformando o enriqueciendo aquellas experiencias con la introducción de métodos y tecnologías novedosos.

Los maestros siempre han sido capaces de levar anclas y seguir navegando aún contra un mar embravecido y, como magos, sacar sorpresas de la galera o como artistas, improvisar para salir del paso. Si no fuera así es que equivocamos nuestra profesión.

“Educar es el arte de transmitir conocimientos, experiencias, valores, con los recursos que tenemos”. “La tarea del educador es delicada porque supone a la vez, amor y desprendimiento, dulzura y firmeza, paciencia y decisión” “Educar es el arte que saca a la luz el ser que se es”. Mucho más se ha dicho y se dice sobre “El arte de enseñar”.

El escritor Gilbert Highet dice que sí es preciso planear el quehacer educativo, pero no someterlo a reglas rígidas o encerrarlo en recetas  so pena de estropear la obra, anulando a los alumnos y a los maestros mismos (y aquí alude a la creatividad y a la libertad).

Libertad, creatividad y sensibilidad, tres características del artista.

Humberto Pérez Pancorbo en su libro “El arte de enseñar”, hace un interesante parangón entre el artista y el Maestro:

. El artista domina la teoría y las técnicas del arte- El maestro debe conocer los fundamentos históricos, filosóficos y sociales de su profesión y las técnicas tales como evaluación, motivación, estrategias de aprendizaje etc.

. El artista es un enamorado de su arte- El maestro también ama su profesión, reconoce su importancia, se siente feliz con su trabajo, investiga y se actualiza.

. El artista conoce muy bien el material con que trabaja- El maestro debe conocer profundamente el material con que trabaja: el niño, el joven, el ser humano. No solo debe conocer sus características físicas y psicológicas, sino las particularidades de cada uno de sus alumnos: entorno socio-económico, talentos, alegrías, temores, limitaciones.

. El artista es creativo- El maestro debe atreverse a romper conceptos y métodos establecidos e intentar la búsqueda y adecuación de nuevos métodos, nuevas estructuras.

. El artista busca la excelencia- El maestro no puede permitirse un trabajo mediocre. Debe aceptar desafíos que demanden creatividad para fomentar un verdadero aprendizaje.

Finalmente, cualquiera sea la ley que rija nuestra tarea educativa,  esperamos responda en general a todas las expectativas y necesidades de cada uno de los sectores que componen el quehacer educativo, apoye  los planes de Actualización Docente en lo referido a la introducción de las nuevas tecnologías como auxiliares de la tarea educativa, apoyamos a todos los educadores involucrados en la tarea de restauración, y por último, deseamos fervientemente que todos (los padres y madres en primer lugar) colaboren y apoyen al maestro o profesor de sus hijos, en una tarea mancomunada que está absolutamente ligada al futuro de los mismos y de la sociedad en general.

Por: María Azucena Catania*

(*) Pedagoga, Escritora, Actriz.

 

 

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