Cuando dos amigos de la infancia se encuentran adolescentes en una estación de trenes
con los mismos discos de R&B yendo a un bar de blues,
uno canta y el otro toca la guitarra, todo indica que el destino quiere
que formen una de las bandas más importantes del rock.
El rock internacional en la historia (Cap. 5)
La influencia universal del R&B afroamericano de los años ’50 fue mucho más profunda de lo que se pensaba. No eran, solamente, adolescentes blancos, ricos y aburridos los dueños de la moda. La nueva ola fue mucho más allá de la orilla: la generación de jóvenes europeos víctimas sociales de la guerra, la exclusión y la pobreza adoptaron al ritmo frenético estadounidense no para rellenar un vacío sino para canalizar resentimientos. La “cosa” se empieza a complicar.
Londres, principio de los ‘60. A diferencia de la abundante y próspera EEUU, Inglaterra sufría las consecuencias socio-económicas de la posguerra. Obedeciendo a la eterna naturaleza humana: las minorías continuaban con su estilo de vida al margen de la realidad, sin tomar nota del abandono del resto de la población; la mayoría se encontraba marginada, excluida y fuera de todo alcance y protección del Estado; dentro de esa mayoría, aparecían los jóvenes enojados y violentos; muchos jóvenes canalizaban este malestar en la música; y el arte, en lo infinito, encuentra genialidades: los Rolling Stones y Eric Clapton.
Cuando dos amigos de la infancia se encuentran adolescentes en una estación de trenes con los mismos discos de R&B yendo a un bar de blues, uno canta y el otro toca la guitarra, todo indica que el destino quiere que formen una de las bandas más importantes del rock. Mick Jagger y Keith Richards lanzaron su primer trabajo, junto a Brian Jones, Charlie Watts y Bill Wyman, en enero de 1964 con el mismo nombre de la banda: The Rolling Stones. Es un disco cargado de covers del blues rápido de los ’50. Queda en la historia por ser el primero y por tener el primer tema propio surgido de la mente de Jagger/Richards: “Tell Me (You’re comming back)”.
Pero lo trascendental de los Stones era la sensación que trasmitían en quien los escuchaba. Sensación de repugnancia, rechazo y asco. Esta era la idea del grupo con el repulsivo Jagger a la cabeza, “todos aquellos rechazados e incómodos nos seguirán y el resto nos odiará”. Los pantalones rotos, las remeras sucias y viejas, los bailes endemoniados, las voces roncas chiclosas, las letras sexuales. Todo estaba pensado para que cruces de vereda para no ser golpeado o agredido. Los chicos malos y desobedientes llegaban al mundo del rock.
Luego del malestar del grupo por “copiar” canciones de otros y llevarlas a un blues más oscuro, llegará la primera obra de arte de los Rolling Stones: “Aftermath”. Disco íntegramente propio, con la creación literaria de Jagger/Richards y la creación instrumental de Brian Jones, que los elevará al escalón máximo del rock y los definirá como grupo diabólico de altísima creatividad: todo era oscuro, depresivo y triste. La maldad y la rebeldía electrizaban al público con melodías e instrumentos atípicos y experimentales. Se destacan “Under my Thumb” con sus marimbas sexistas y “Lady Jane” con su ritmo y letra isabelina. Pero sin duda la canción del álbum es “Paint It Black”, una joya de la historia de la música, con un sitar interviniendo entre la voz de Jagger y los sentimientos rebeldes del público. Imprescindible.
A partir de aquí empieza la etapa más creativa del grupo: “Beggars Banquet” con su “Sympathy for the Devil” que evoca al diablo con samba tribal; “Let it Bleed” y su “Gimme Shelter”; y la gloria “Exile on Main St”, el disco más intelectual y de culto del grupo. Todos discos y canciones características e irrepetibles. El estilo Rolling Stones solo puede escucharse en ellos. Ninguna banda o solista en la historia pudo copiarlos.
Eric Clapton significó para la guitarra eléctrica lo que Bob Dylan para cultura musical: romper las fronteras conocidas y posibles. Por más que todos los instrumentos que forman una banda son importantes, la guitarra es la que más la define y Eric Clapton determinó su alcance sonoro y emocional. En cuanto al sonido, logró solos de guitarra y riffs irreales que únicamente la voz podía realizar; y en lo emocional, combinó la electricidad del rock con la tristeza del blues. Dylan ordenó qué debía decirse, Clapton inventó cómo tocarlo.
A pesar de haberse iniciado en los “Yardbirds” en 1963, el gran salto lo dará junto a “John Mayall’s Blues Breakers” en 1966, donde encontrará la forma de tocar sus sonidos dentro del blues británico que proponía este grupo. Este salto cualitativo llegará a su máximo esplendor cuando forme la banda “Cream”. Esta orquesta estaba formada por tres excepcionales músicos: Clapton, el bajista Jack Bruce y el baterista Ginger Baker, quienes en 1967 harán uno de los discos imprescindibles de la música: “Disraeli Gears”, mezcla perfecta de blues, jazz, rock y pop psicodélico. Estas canciones mostraban las aptitudes ilimitadas de Clapton, la crudeza del bajo de Bruce, y la potente polirrítmica batería de Baker. Pero la que más se destaca, patrimonio de la humanidad, es “Sunshine of your Love”, con el riff más famoso y escuchado de la historia de la música.
Comienza así el año cero del rock. El ritmo, la letra, las bandas, los instrumentos, el espíritu, la rebeldía y la creatividad. Miles de grupos aportarán lo suyo a la música que revolucionó la cultura mundial.
Sin embargo faltaba algo que marque el rumbo. Estaban todos los elementos y personajes, pero el círculo debía cerrarse. Esta música de jóvenes rebeldes debía enojarse dentro del mundo de la cultura hegemónica, no en lugares o bares alternativos como lo venían haciendo. A mediados de los ’60, Bob Dylan en EEUU, los Beatles en Liverpool, los Rolling Stones en Londres y millones de espectadores anónimos verán en televisión la presentación de una banda en un programa tradicional y familiar. Al final de la canción, este grupo romperá todos sus instrumentos, pondrá una bomba en el estudio y escandalizará a toda la población burguesa occidental. El círculo por fin se cierra, pero este es otro capítulo.
Por:Marcos J. Rivas
Historia del Rock Capítulo 5